jueves, 2 de mayo de 2013

Entrada 5.


Los libros, esa fuente maravillosa de información, los múltiples mundos que se te revelan de una forma tan sorprendente como fascinante y, mediante un proceso ignoto para el entendimiento humano, hacen tuyas las vidas que en sus páginas se desarrollan.

Es extraordinaria la forma en que puedes vivir varias vidas a la vez e, incluso a veces, no diferenciar cuál de ellas era la inicial, en la que esos “objetos” que son la sombra de la vida, de la mano del hombre, tan imprescindibles como innecesarios, se te revelaron como la salida del laberinto al mino-tauro encerrado, como un plato de sopa caliente a un hambriento, como el sector que completa la gráfica de tu alma. Los libros… ellos son los que me han enseñado la variabilidad de una decisión, lo leve de una idea que profundizó con sus raíces hasta el fondo de tu cabeza.

Hace poco acepté que la vida es sólo una. Y si esto es así, ¿no resulta triste ser tú solo en una vida? ¿No poder vivir todas las vidas posibles en una sola por la volatilidad del tiempo? Pues bien, hasta aquí quería llegar yo, los libros nos ofrecen eso, vidas. Desees lo que desees  puedes, no vivirlo, pero si saber a la perfección el sentimiento de la experiencia. Puedes tener nauseas por haberte tirado en paracaídas, estar apenado por el fallecimiento de un familiar, mostrar terror ante el mundo porque acabas de suicidarte… Puedes elegir lo que experimentas, desde la euforia del primer amor hasta el enfado por la crítica a un mundo que detestas o amas.

Voy a estar con alguien y extrañar la soledad, voy a estar completamente sola y tendré nostalgia de alguien con quien compartir mi vida, voy a viajar y a quedarme en casa, a ser de un lugar y otro, así como de uno solo…
Sólo tengo una vida, pero es tan corta que tendré que conformarme con el conocimiento de las experiencias y no con su vivencia propia. Los libros la harán más completa y calmada, llenando con conocimiento en bruto el hueco que las cosas no vividas dejan. 


"Quiero ver la sed en las sílabas, rozar el fuego en el sonido. Quiero sentir lo oscuro en el grito. Palabras quiero, tan ásperas como piedras intactas."
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